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estilo mallorquín

Decoración con estilo mallorquín para vivir siempre en verano

¿Te gustaría vivir siempre en verano? Con un estilo mallorquín en la decoración de tu hogar, puedes conseguirlo. Hoy te damos las claves para adaptar tu vivienda al ambiente ligero y natural de esta isla balear.

La mejor forma de inspirarse, es visitando los rincones que llenan Mallorca de historia, colores y sensaciones. Puedes llegar a Palma en avión y desplazarte en taxi hasta el puerto de Pollensa, las empedradas calles de Deià o las calas turquesas de Santanyí. Si viajar no entra ahora mismo en tus planes, no te preocupes, te contamos cómo es este elegante y sosegado estilo.

¿Cómo es el estilo mallorquín?

Elementos naturales, fibras, colores claros, materiales nobles… El estilo mallorquín resulta acogedor, ligero y nos hace vivir en un eterno verano.

Para conocer las claves de esta decoración, debemos fijarnos en las bases que la sustentan. Baleares es un archipiélago con mucha historia que ha marcado la forma en que se utilizan los materiales para hacerlos funcionales.

Los colores

Tonos tierra, rosas, amarillos… El blanco no es un color que se utilice demasiado, al menos en el exterior, porque refleja la luz y no es necesario en una isla como Mallorca.

Podemos fijarnos también en las persianas típicas que cierran las ventanas por la parte de fuera. Sirven para protegerlas del sol y darles sombra. Verdes, azules, rojos, granates… son los colores habituales.

Las fibras

La naturaleza es la que articula el resto de elementos decorativos de este estilo balear.

Uno de los materiales más utilizados es la llata, un tipo de hoja de palmera que se teje para hacer cestos. Estas hojas se recolectan en julio, se dejan secar y después se trenzan a mano para crear preciosos capazos.

Estas mismas fibras se utilizan actualmente para elaborar pantallas de lámparas de muy diferentes tamaños y que otorgan a la estancia un ambiente muy sosegado y agradable.

Damajuanas y cristal soplado

El cristal es otro de los elementos clave del estilo mallorquín.

Se sabe que el primer horno de vidrio que hubo en la isla fue en torno al año 1300, pero que los fenicios ya trabajaban este material en la isla.

Actualmente existen fábricas que continúan con este tradicional arte del soplado y que pueden visitarse para ver el proceso en directo.

Las damajuanas son garrafas que, normalmente, se cubrían de mimbre para mantener fresco su contenido. Lo más característico es su cuello corto y estrecho y su color verdoso. 

Estos llamativos recipientes se utilizan ahora a modo de lámparas, jarrones, cristalería para la mesa, etc.

Madera

Los muebles mallorquines utilizan maderas poco tratadas y sin barnizar de colores. 

Mesas, sillas y banquetas robustas, al natural, creadas para resistir la humedad balear.

 

Mallorca y las telas de llengües

Si hay algo típicamente mallorquín, eso son las telas de llengües. Reciben su nombre por la forma que hacen sus dibujos, pareciendo lenguas de fuego.

Los primeros tapices con roba de llengües datan del siglo XVIII y principios del XIX. Hay constancia de que se utilizaban tanto en las casas burguesas como en las casas de campo. Paredes, cortinas, puertas, sillas, butacas, camas, alfombras… Todas las superficies de la vivienda podían decorarse con estas características telas.

La técnica artesanal con la que se crean recibe el nombre de ikat. Es una forma de producción de tejidos milenaria en la que:

  • El hilo se tinta antes de ser tejido
  • El dibujo va apareciendo a medida que se va trabajando

Teniendo en cuenta el lugar estratégico que ocupa Baleares, y especialmente Mallorca, a lo largo de la historia llegaron a la isla muchos artistas y artesanos que han ido influenciando el estilo mallorquín que ahora conocemos.