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Poder decorativo de las alfombras

El poder decorativo de las alfombras

Las alfombras poseen una increíble capacidad para transformar aquellas estancias en las que se encuentran. Son capaces de darles un estilo especial, contribuir a crear un ambiente y hacerlas más cálidas y confortables con su mera presencia. Por eso, elegirlas y colocarlas adecuadamente es tan importante en una vivienda.

Y por este motivo, hoy nos gustaría dedicar este post al gran poder decorativo que tienen las alfombras, darte algunos sencillos consejos para colocarlas con acierto y animarte a que pongas más alfombras en tu casa (y en tu vida).

¿En qué reside el poder decorativo de las alfombras?

Las alfombras se han convertido en un complemento decorativo clave, especialmente en estancias como salones o comedores pero también en dormitorios y recibidores.

Su gran poder decorativo reside en varios aspectos que a continuación te contamos:

1.- En su capacidad para crear ambientes más cálidos y acogedores. Aunque los actuales pavimentos son muy bonitos, sobre todo los laminados, hay otros que sin embargo proporcionan una sensación ambiental más fría y menos confortable, algo que se soluciona con el simple hecho de colocar una alfombra.

2.- En su papel para delimitar un ambiente o una estancia. Por ejemplo, en un salón que está unido al comedor, una alfombra puede ser ese elemento que marque la diferencia entre los dos espacios y que permita delimitarlos y señalar una ruptura entre ambos pero de manera natural, sin restar espacio y sin necesitar otros elementos añadidos.

3.- En su aportación estética como complemento decorativo que aporta mucho estilo y personalidad a una estancia. Le puede dar un toque de color o sobriedad, hacer que la estancia parezca más amplia… Ya sea acompañando sutilmente o creando contrastes, es importante elegir el color, diseño, tejido y forma de una alfombra con cuidado.

¿Sabes cómo colocar las alfombras en tu hogar?

Parece algo que no tiene ninguna ciencia, sin embargo colocar correctamente una alfombra para que esta quede bonita y cumple sus objetivos estéticos y funcionales tiene su complicación. Por eso, lo mejor es seguir esta pequeña guía.

Aunque hemos destacado su gran poder transformador para mejorar una estancia, no debemos pensar que todo se reduce a colocar una alfombra sin más: hay que saber cuál y cómo ubicarla para conseguir los resultados esperados.

1.- Colocar una alfombra de salón:

Cada salón es un mundo en cuanto a forma y tamaño, de ahí que intentemos darte unas recomendaciones lo más genéricas posibles.

La primera regla básica es muy fácil de seguir: procura que la alfombra siempre sobrepase el largo del sofá por ambos lados. Si el salón es amplio, te aconsejamos comprar una alfombra que mida 60-80 centímetros más que el sofá para que lo rebase por cada lado.

Y si el salón es pequeño, entonces tendrás que ir reduciendo esos centímetros para evitar la sensación de estancia demasiado recargada. Pero, en ningún caso, deben ser menos de 10 centímetros salientes a cada lado del sofá.

En salones muy grandes, lo más lógico es que la alfombra también lo sea y, si quieres que cubra gran parte de la superficie de su suelo, te aconsejamos apostar por una de tonos más neutros para que no se convierta en una gran mancha sobre el suelo. Aunque obviamente todo es cuestión de gustos y de los fines decorativos que pretendas conseguir con la alfombra que coloques en el salón.

2.- Colocar una alfombra de comedor:

Como segunda regla básica te aconsejamos no comprar una alfombra para el comedor si aún no lo has amueblado. Es necesario conocer el tamaño tanto de la mesa como la colocación de las sillas para poder adquirir una alfombra que encaje con la distribución.

Porque en el salón, tienes dos opciones que producirán un efecto estético muy distinto: optar por una alfombra sobre la que solo vaya la mesa, quedando las sillas fuera de su área (no suele quedar muy bien salvo que la mesa sea espectacular) o elegir una alfombra sobre la que colocar tanto la mesa como las sillas con todas sus patas (más frecuente). Aquí es cuestión de valorar opciones para que el conjunto resulte armonioso.

3.- Colocar una alfombra en el dormitorio:

Las opciones son muchas como muchos son los tipos de dormitorios en cuanto a tamaño, estilo y decoración. Sin duda, es la estancia de la casa en la que resultan más prescindibles, especialmente si el dormitorio no es muy grande y quedan pocos huecos que den un poco de aire a la estancia. En estos casos, las alfombras podrían restar más que sumar.

Si por el contrario, el dormitorio tiene grandes dimensiones, puedes optar por colocar una alfombra o bien a los pies de la cama, que puede ser muy práctica si es el lugar en el que te quitas la ropa cuando llegas a casa. También está la opción de colocar una alfombra junto a la cama, otra propuesta que puede quedar muy bonita si la cama está pegada a una pared. En estos casos, lo mejor es una alfombra que nunca sobrepase el largo de la cama y que a nivel de tonos sea siempre algo más neutro y rebajado que los colores principales que reinen en la estancia.